Nuestro miedo más profundo no es no ser capaces.
Nuestro miedo más profundo es que somos enormemente poderosos.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos, ¿quién soy yo para ser brillante, atractivo, talentoso y fabuloso?
Más bien, la pregunta es: ¿Quién eres tú para no serlo? Eres un niño de Dios.
El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.
No hay nada de iluminador en encogerse para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Estamos predestinados a brillar, como los niños lo hacen.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros.
No está solo en algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
Y cuando dejamos que nuestra luz brille, inconscientemente permitimos que otros hagan lo mismo.
Al liberarnos de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.
Marianne Williamson
Nov 26, 2022 @ 08:59:45
Thanks for thiss